jueves, 3 de febrero de 2011

LA VOZ ENMUDECIDA

2007

Poemas dedicados a mis padres;Valentín Gómez de Santos, y Enriqueta Rodríguez Loureiro


Por: Juan Carlos Gómez Rodríguez







LA PUERTA ESTÁ GIRANGO

Dedicado mi padre Valentín Gómez de Santos




Y en cuanto a ti, Muerte, y a ti, amargo abrazo mortal, es inútil que trates de asustarme.

WALT WHITMAN








Ungido de tristeza
tu voz era un susurro al otro lado
del hilo del teléfono

el miedo desplegó su laberinto
de círculos concéntricos
que oculta la salida

serena la amargura
impresa en el perfil de tus palabras

y entonces cada sílaba que dije
quisiera ser un brazo que pudiera
aliviar el dolor
mecer la incertidumbre
que te hace vulnerable en el invierno
que debes recorrer

los árboles desnudos ya lo sabes
prometen el verdor de primavera
con toda su osamenta descarnada
no hay miedo que consiga postergar
el rito de la savia
no hay dolor que decline su venida
como un río dorado
desde el fondo real de las raíces







La puerta está girando
mientras tiempos y espacios se suceden

ahora cuando un signo interrogante
ha venido a clavarse en tu costado

también en mi costado

como una realidad que nos desnuda
que empuja esta conciencia
hacia la finitud
que empotra mi garganta
contra el muro encalado del silencio

la puerta está girando
anunciando la vuelta hacia la libertad

temida libertad

olfateo el dolor y me doy cuenta
que hoy en día aún no sé
cuáles tus pensamientos
cuál la creencia que te ha traído aquí
cuál el propósito de tanto esfuerzo
por qué el aliento
que te hizo ser
único entre los únicos
e igual en los iguales

pero la puerta está girando
y en el chirriar sus goznes descubren la verdad






tras los cristales emplomados con vaho
se puede vislumbrar el salto inevitable
y es tangible el dolor en este lado
es absorbente el miedo en este lado
hoy de ti sólo tengo aquello que en mí veo
cuando la luz irrumpe en el espejo
y mis ojos me dicen que tus ojos
están en mi mirada
que un mínimo ademán
se ha quedado prendido entre mis modos
que esa forma de hacer sin importancia
es sólo cosa tuya
que vives en un gesto
que vivo entre tus gestos
que ahora sé que aquello que nunca me enseñaste con
/palabras
me lo dijo la voz del corazón
y ya es inútil
es demasiado tarde
la puerta está girando y no hay manera
de hacer que se demore
que se frene en su curva

ahí está
presente
demoledoramente fría
cumpliendo la promesa que nos hizo
en el mismo momento de nacer

la noche es una elipse en mi cerebro
un volver a buscar lugares que no existen
momentos
situaciones que no existen
frases dejadas al albur de la memoria
que anidan en mis parpados
semillas de este hoy que nos contempla


un aluvión de sed se encarama a mi boca
cuando te invoco padre
cuando se abre en mí el foco de los años
y me asomo a la esfera de tus manos
aún jóvenes
enseñándome por qué el día y la noche


¡ qué sabio me parecías!
¡ qué intenso el sol de la mesilla!
¡ qué hambrientos mis ojos!

pero aún sigue girando
como aquel tiempo en este tiempo
que da la cuenta atrás
en el que me deshago con enturbiadas lágrimas





Y ahora
cuando nos decimos te quiero de hombre a hombre
sin vergüenza
es cuando es ofrecida esta bebida amarga
para abrirnos esta yaga de desolación
por eso quiero escribirte despacio
quedamente
que es como acariciarte
para querer zanjar ese tiempo perdido
que son los desencuentros
ese tiempo fugado a golpe de distancia
que gira
descubriendo al hombre
desnudo de todos sus encantos
de toda su impostura
de toda su retórica aprendida
a golpe de trabajo
del modo que supiste para sobrevivir

del personaje que quizá te ocultó
de mi mirada joven y que ahora
al paso de los años
he aprendido a traspasar para encontrarte

yo
el hijo de tu ejemplo y tu fatiga

cuando la puerta conscientemente está girando
como una veleta premonitoria
como una mano abierta en la última jugada
descarnado faro de verdad que nos obliga
a mirar fijamente
sin recelo por fin
la puerta que nos une definitivamente a un sentimiento
más fuerte que el destino
un sentimiento vivo en cada amanecer mientras yo sea
el dueño del legado de mi vida

un sentimiento puro
sólo por sí
desde la luz de la aceptación
desde el puente de piedra del respeto
y el aire respirable del amor

pero sabes la vida
se encuentra en ambos lados de la puerta
es sólo que se es de forma diferente
sólo que en este lado
estamos acuciados por un cuerpo
que nos dicta sus leyes más severas





La puerta
el único escenario para el trance
es la parte del trato que hacemos con la vida
cuando ella nos atrae mágicamente
al terrenal dominio
para que seamos capaces de abrazarla
con todos los sentidos
con todas las ansias y las dudas
con todas las imperfecciones
con toda la belleza que ella es capaz de aderezar
con todo nuestro atribulado y denso equipaje
con la vida
que nos oculta el regalo de la realidad
la vida que nos miente coronándonos reyes
para después dejarnos solos ante la puerta
desorientadamente solos
con la mirada vuelta hacia su luz



Ah! la puerta
con ella nada cambia
tras ella
otro escenario
otra luz otras reglas
sólo un paso y seguimos caminando
hacia el delirio de un nuevo balbuceo
hacia una nueva oportunidad de afrontar el misterio
siempre solos ante nosotros mismos
acompañadamente solos
peregrinos en busca de un saber
que se oculto muy dentro de nosotros
tan simple como una gota de rocío
complejo como un útero




Y tú me diste esta oportunidad
yo te he seguido
tú prestaste el vigor y el amor necesario
para que se conjurara el milagro de la vida
yo te he seguido
tú me marcaste un paso que apreciara el impulso
que aspirase a ser libre
que me hiciera ser hombre
yo te he seguido
desde el corazón
sin apenas palabras
sin promesas
hasta esta puerta desmesurada
esta puerta que ahora te reclama
que en sus giros te invita a ser de nuevo
un ser de claridad






Pero la puerta tiene vidrieras con espejos
y en su girar reflejan
la espectral colección de nuestros rostros

los que a través del tiempo han sido

diáfanos rostros infantiles
fúlgidos de adolescencia
tersos de juventud
rostros plenos
de adulto que se adentra
en el asaetado caminar de la vida
surcos de ancianidad
marchitos surcos de ancianidad
rostros y rostros y rostros como prismas
en los que nos miramos

aquellos escondidos hoy nos buscan
los que fuimos nos forman y deforman
cuando nos pone a prueba con su giro acerado
y haciéndolos volver quiere que hablen
que digan la verdad de sus tersuras y sus deformidades
que mantengan incólumes
en todas sus facciones aquellas esperanzas
sus dudas y derrotas
y esos puntos brillantes de felicidad
sus silencios y pérdidas
para que hagamos recuento en cada giro
en cada despertar que es cada giro
como un faro que anuncia del peligro
de una arista rocosa
de un cuchillo de espuma
de un paso hacia el abismo




No te asustes
en los giros está la melodía del universo
en ellos se conjuran todas las fuerzas
los símbolos y credos
tocan el arpa de la verdad

no hay miedo en la verdad
hay la alegría del que vuelve
de un peregrinaje angosto

en cada vuelta esta la esencia
el manjar de la esencia que nos sacia
la dimensión exacta
la estatura real
la libre aceptación de todo y de uno mismo

ellos sólo te invitan a ser de nuevo claridad
ellos te anuncian la bendición de la simpleza
el albor de aquello que creíamos perdido
y que nos esperaba al otro lado
densamente vacío
sólo ser
sin prejuicios ni credos ni egoísmos
sólo y simplemente ser
profundo ser que se convierte en luz
después de la tiniebla

ah! padre la razón no es suficiente
para describir tanta belleza
no tengas miedo
ya has pasado por ello en otro tiempo
ya has cumplido con el ritual designio
de traspasar sus giros
trémulamente
como un nadador que se adentra en las preguntas
de la mar en la noche

yo te acompañaré
yo te he seguido y te acompañaré
abrazaré tu incertidumbre con una sonrisa
susurraré las más tiernas palabras cerca del corazón
para darte valor
no sé cuales serán pero estarán ahí
listas para ser luz
y el hombro para la marcha erguida
como cuando hemos recorrido el pasillo pausadamente
como andando el alambre de la vida

¿ por qué nunca te pregunté cuáles son tus pilares?
y algo me dice que tu valor está en lo cotidiano
en esa certidumbre del segundo que va construyendo
otro segundo
en ese gesto que amasa el pan de cada día
con la devoción de la labor bien hecha




Pesadamente
la puerta se aproxima con cada respiración
con cada lenta cadencia
y cada mirada que se vuelve
hacia un lugar donde se quiebran las ceremonias

hoy me doy cuenta que en tus manos
no reconozco las caricias
que no quedó mi piel escrita
por el calor de su tinta tibia
por ese rastro que deja la ternura
a través de la historia

que no es posible
rescatar del deseo las palabras no dichas
las caricias no dadas … hoy me doy cuenta
que tu forma de amar
fue más áspera y parca
seguramente
como fueron contigo
y te observo desnudo en esta hora
y un aire de ternura me envuelve en tu presencia
en este ahora que es la piedra angular de todo ahora
que es compendio de todas nuestras pérdidas
de todos los paréntesis que nos han transitado
de todas las obsesivas horas que perdimos
en un continuo ir en desencuentros

mas tu mano entregada se posa sobre mi hombro

soy el bastón en que te apoyas a través del pasillo
pausadamente
sin recursos ni piruetas ni modos aprendidos
obsesivos modos de aparente alegría
derramados
hacia todos los que quizá formaron
más parte de ti que yo mismo

ese fantasma del niño que se fue haciendo adulto
de ese adulto que quisiera ser niño
para verse en la lejanía de tus ojos
hoy se muestra
como una súplica en el corazón que quiere rescatarte
porque se va acercando ese salto mortal en el abismo
y aún no sé cómo recuperar la voz enmudecida






Recorro la distancia que a la voz enmudece
y sólo puedo
aferrarme a los números
que marcan tu teléfono
y no sé que milagro
deseo descubrir tras mi premura
no sé que especie
de señal
láudano para el alma
que abrigue una respuesta

y es que tu voz que apenas se sostiene
es una lenta marcha hacia la nada
es un murmullo
que se quiere cubrir de lejanía

y me aferro al temblor de mi teléfono
como si te abrazara
como si él supiera que quedan ya quizá
pocos abrazos
como si ya y ahora las palabras
no tuvieran sentido
y tan sólo su aliento es quien condensa
el amor que es capaz de sostenernos
o el fulgor que posee una mirada
que entrega con silencio lo que somos





El corazón como un seco bramante
te quisiera anudar en la distancia
perpetrar el engaño
burlar a la evidencia demasiado precisa
demasiado voraz

la distancia es un río difícil de vadear

con afán obsesivo lo braceo
para llegar al punto
en donde la corriente te ha encallado

cada palabra es un jadeo
cada pensamiento un salto
cada timbre una inesperada zambullida

he de llegar me digo
con la piel acerada del atleta
con la mirada larga del atleta
con toda la determinación de los atletas
hasta tu altura
donde la faz sudada de los lechos
ostenta la amargura
en donde caen las máscaras
para poder ser puente hacia el hogar

he de llegar
para traerte al aposento del corazón
como se esconde a un niño del peligro

shuuu!! ¡calla! ¡ espera!
detén por un segundo el pensamiento
si lo haces
quizá ella no vendrá a perturbarnos
y frene el remolino de la puerta
se ralenticen sus pesados goznes
se atenúen
los sonoros zumbidos que componen
un requiem con tu nombre





Paso a paso
asciende la fatiga hasta la médula

¡cansa mucho vivir!

y se apodera
de las elegantes mariposas de tus manos

las novias de tu oficio

¡ah padre! cómo pesa el corazón
cuando el tiempo se fuga
para deshabitarte
para abandonarte en el polo
más árido de tu cruz
cándido de desnudez
abrazado a una brizna frágil
ataviado de noche oscura

¡ah padre! este dolor que cercena mis palabras

que irrumpe irracional en mi costado

este dolor de ti
el que nos une
como un punto magnético
a través del espacio y de la física
para hacernos más nuestros
de nosotros

el dolor que nos lleva en un galope avaro
es un dolor de amor que por amor me duele








La hoja de la verdad se está afilando
danza en la piedra pulida
como tú me enseñaste
entre curvas precisas aceitadas
con la justa presión
y paciencia de monje

se afila
para cortar el lazo que nos une
y dejarte marchar
oh tú tan limpio
tú tan cansado
extenuado en el borde de un hilo de la vida
amparado en no sé qué sueño confuso

yo te tiendo la mano
como una invisible realidad
para romper la angustia
para que sientas
el calor que me has dado
y hacerte así más fácil
el sueño de la muerte












A flor de hueso te vas deshabitando
encallado ya en la deriva
donde sólo confusos
los sueños te mantienen

con la respiración que fluye
como una marea insostenible
que ya apenas alcanza el llanto
te despido
desde el altar del corazón
y acaricio tus brazos

leves ramas sin hojas
que apenas me responden
sólo dicen
- se va gastando el tiempo-
y en tus ojos cerrados se condensa
todo el tiempo perdido como un surco en el agua

y he querido observar una sonrisa
quizá mueca
ya en el borde confuso del partir
la puerta muy presente
batir librador que hará que seas recuerdo
brillante sensación que me acompañe
el resto de la vida

¡cuánto cuesta marcharse!
murmuro este quejido mientras unjo tu rostro
con un paño mojado
que quisiera limpiar los pensamientos
para que no sean ancla
para que no sean duelo
sino canto de adiós
para aquel que viaja al paraíso





Sólo te lloro tinta
prolongación del llanto que no tengo
como un río cargado de verdad
que da vida a estas hojas que son un epitafio
que me muerde la lengua para saber que existes
aunque ya te has marchado y es inútil
evitar este encuentro con tu pérdida









SONATA EN SOLEDAD POR LA GRAN VÍA
I

La calle se me estrecha cuando sin ti desciendo
cuando son estos pasos los que retumban solos
y me llevan sonámbulos a un lugar no elegido
al sitio en que el retorno
es un volver a tientas con la sonrisa hurtada

la calle ahora es un filo que hiere mis pesares
ahora que ya no es tuyo este bajar con duelo
este ir descendiendo de mí mismo a ti mismo
y es que apenas responden estas palabras rotas
que vuelven a tu nombre

tu figura se esquiva traslúcida y distante
se dirige a la hondura
donde vive el olvido con sus fauces voraces
ese glotón que todo le parece propicio
para urdirlo en su boca con cada centellada




II

Te vas volviendo humo
exquisita humareda
perfume no soñado que estira tu figura
y la vuelve escapista en la red de mis dedos

y es como atrapar aire pretender retenerte

es como cortar agua sujetar tu apariencia

pero cierro los ojos y aún vives en mis párpados
y tu voz se ha quedado adherida a mi tímpano
y tu cálido tacto
es un bucle de seda que mi piel adivina
y no has muerto del todo
has quedado prendido
en la tela de araña que construye mi vida

retenerte es tan sólo una acción de coraje
para que no se enfríe tu sombra en el asfalto
y se quede orillada en un trompo del tiempo


III

Pero sigo a tus pasos
esos que tú marcaste con destreza vehemente
al bajar la Gran Vía
que es el arco voltaico de la luz que no cesa
de iluminar tu mundo
y te encuentro esparcido en cada pincelada
de esta calle rendida a tu alegre presencia
como sangre que corre por la arteria más sacra
su carrera más firme

y la calle pregunta a qué lugar tus pasos
ahora se encaminan
dónde pasas tu tiempo
por qué has abandonado la piel de la Gran Vía
sin un breve hasta luego

cómo habré de decirla que nunca te has marchado
que has quedado en esencia
aunque esta noche es larga
qué el alba que pretendes es un alba distinta
a la que despereza la faz de sus fachadas
cada mañana nueva

cómo podré decirla
sin que un torrente brote con lágrimas de luto
que ahora soy un huérfano
y que ella lo es conmigo




EL DESPERTAR DE LA TERNURA

Dedicado a mi madre Enriqueta Rodríguez


Construías con tus manos la ternura
madre
cuando la infancia afloraba como un lienzo
a punto de pintar
cuando el mundo era de esponja
y amontonaba la sabia de su luz

cuando una respiración imperceptible
era llave del ser
tú eras respiración
instinto entre las sábanas templadas con aroma a lavanda

cuando los sueños
eran libro de vida
tu eras el sueño
constelación y abrazo
leche que se derrama por el cauce del pecho
propagando la vida por un río de calma

madre-olor
madre-salmo
¿cómo no digerir toda tu brasa
sin convertirme en brasa al mismo tiempo?


Y cuando el tiempo pasa y crece el horizonte
y crecen más las ganas de llegar a su curva
y el viento es de levante con aroma de mar
de sal
de estela
y el pañuelo elevado sobre nuestras cabezas
sobre nuestras pupilas
sobre nuestros desgarros
en la hora de la marcha
daba el último impulso

madre-adios
madre-viento
entonces fuiste abrazo
blando regazo de luz vigía





Y aún cuando el frío
ese último invitado que se instala en la casa
hundió ya su tiempo en tus arterías
como la cuenta atrás de una demolición
y la vejez
era la camisa ajustada que aprieta el pecho yermo
entonces
madre-amor
madre-espera
de rostro bendecido y cuajado en fatiga
tenías en el regazo
el tibio despertar de la ternura




LOS OJOS DE LA MUERTE
Dedicado a mi madre Enriqueta Rodríguez



Los ojos de la muerte son unos ojos blancos

blancos como el misterio de la niebla
extraviados en la nada ausentes
en el pálido jardín que traspasa las sombras
y no nos dicen nada
nada acerca de lo que al fin contemplan
de la luz que intuimos
de la terca esperanza que nos nutre

sí madre
tus ojos tan azules
estallidos en medio de la aurora
se me mostraron blancos
profundos
de una profundidad inagotable
como una pleamar de silencio y quietud insostenible

otearon ese páramo que tanto asusta
con un mirar inverso
transido
buscando a aquellos otros que se vaciaron antes
y que un día te atraparon para ser un comienzo
aquellos junto a los que urdiste nuestro mundo
como dos astros que impactan
y al estallar provocan
una constelación de amaneceres

ojos de luz
ojos para la luz

pero tus ojos se volvieron blancos
(ahora puedo decirlo
sin que el filo de las palabras
guillotinen mi voz)
y su espejo
perdido ya el azogue
se hizo añicos
simple vidrio que no refleja nada
sólo sombras de lo que fue
y que ahora golpean esta hoja letra a letra
como si fuesen pasos que vuelven
a recorrer un tiempo que es deseo
que es ahogo
polvo hiriente de granito en estos ojos
que aún retienen tu cuerpo frágil
leve tallo a merced de la intemperie
calladamente frágil
remontando el pasillo del silencio






En tus ojos ya estaba el velo de la marcha
pronto el salto
dispuesto ya el andén
y la maleta repleta de pasado

en los míos quedaron los abrazos
firmes ante el dolor

el dolor es la perla que purifica
tú lo sabías
tu cuerpo lo sabía
tu mente lo sabía
como se sabe respirar
como un temblor que anuncia
el otoño a las hojas antes de su caída
como se precipita el fuego
sobre la leña seca en un único cuerpo flameado





Hoy las nubes del tiempo se amotinan contra el cristal del coche

el tac-tac de las varillas marcan
su ritmo descendente e hipnótico
como cuando iba hacia tu último encuentro

entonces hacía sol pero había nubes
que enlutaban mi cielo

ahora la autopista
es una arteria humedecida por la ausencia

y te busco en cada cruce en cada límite
te busco en mi dolor callado que es aliento
así como lo fue el tuyo
acorralado en tus ojos azules de gacela herida
que me veían llegar
ojos ya sin preguntas porque eran respuesta
vidriosamente turbios
descendidos al silo de sí mismos
manantial de la vida




El cielo conspiró con tu partida
azul como tus ojos
salpicado de rojo del ocaso
serenamente hundiéndose en una línea incierta
oscura
cádena

la vida conspiró con tu partida
como tu pulso débil
rompiéndome el reloj
serenamente hundiéndose en las yemas avaras de mis dedos
y tus ojos ya vueltos a la nada
ojos ya blancos cual pañuelos
para una despedida que se agita en la mente
que se anuda en la respiración
que quisiera entregarte





Pero cayó la noche

vaharadas de silencio cubrieron el espacio

tú ya eras infinito
sin peso ni fatiga
como una llama que cincela a las sombras
con liviano temblor

yo finito aún
parado en el andén de la deriva
miraba a las estrellas para atisbar tu rumbo
para buscar tu esencia
en la fugacidad de un brillo
y le ponía tu nombre
como cuando era niño y buscaba tu voz
y respondía a tu aroma
y dormía en tu tacto
y simplemente eras el límite del mundo
y le ponía tu nombre